Paseo al atarderser... (Jere n_n)

Guió al mayor hasta la parte más alejada del seminario.. el lago. Un hermoso estanque de agua... que por la pocición del sol era color anaranjado en esos momentos... ya nada tardaba para el atardecer.

- que te parece? - dijo sonriendo mientras se colocaba a la orilla y mojaba sus dedos dibujando uno que otro circulo en el agua. - Me gusta porque es tranquilo... y más a esta hora... nunca viene nadie. -

Camina a la altura de Abel. Durante el trayecto, además se observar el camino, se fija en los rasgos faciales de Abel. Lo cierto es que su fisionomía inspira lo mismo que su carácter; bondad, paz, tranquilidad, devoción, inocencia, ternura...
-Creo que Dios te hizo a la medida...-Comenta más para sí que para su compañero. Cuando llegan al lago, se sitúa detrás de él.-Sí, es un lugar maravilloso... Armónico y calmado, digno remanso de paz para encontrar a Dios, ¿eh?.-No lo dice en un tono burlón ni nada por el estilo.-Aquí puedes conectar bien...-Se muerde el labio inferior. Su mente le dice: "empuja a Abel al agua...", pero intenta contenerse.-¿Se puede nadar?

Alza un poco la mirada para ver a su acompañante. - si, es por eso que me gusta este lugar... puedes escuchar bien lo que piensas... y como dices... es bueno para escuchar a Dios y ver la perfección de su creación. -

El porque del tenue sonrojo que ahora porta en sus mejillas es aquel comentario de Jeremiah, quizas no se lo habia dicho a él, pero alcanzó a escucharlo y por alguna razón se sonrojo.

- La verdad no lo sé, nunca he visto a nadie nadar... ni tampoco he visto a alguien diga que no se puede... - Se levanta y limpia su mano con una pequeño pañuelo que en su manga portaba.

-Entonces... No hay ningún problema en que nos metamos en el agua, ¿no?-Pregunta llevándose las manos a la espalda y balanceándose sobre los pies como un niño bueno.-Es divertido pelearse en el agua....-Esboza una pequeña y calculadora sonrisa mientras mira a Abel.

- Ie! - dijo rapidamente mientras se sonrojaba más- yo no nado.. no sé... - Mas que el hecho de no saber nadar, era el hecho de estar acompañado... de ese modo hacia que la cosa fuese mucho mas bochornante...

Con cada minuto que pasa, cada segundo, la situación se vuelve más tentadora. El corazón le late con una fuerza casi lacerante, sus dedos se encogen levemente. "Tíralooo, tíralooo".-¿No sabes nadar? Pues es muy fácil...-"Tíralooo". Al contrario de lo que pueda parecer, no es un pensamiento maligno, sino el propio de una gamberrada. En ningún momento siente la necesidad de dañar a Abel, eso se lo deja para los locos o las malas personas.-Yo te puedo enseñar... Con una terapia de choque.-Y esto tiene más de una interpretación... Jeremiah se acerca bruscamente a Abel y le empuja con las dos manos. Eso sí, cuidando de no usar mucha fuerza, sólo la suficiente para tirarle.-¡Al agua patos!

Cuando se vino a dar cuenta ya estaba dentro del agua, totalmente mojado.
Comenzó a toser un poco para sacar la escasa agua que en sus pulmones se habia juntado y luego intentó enfocar al mayor.
Le miró por segundos con mucho miedo por lo que habia acabado de hacer, se quedó mudo e intentó ponerse de pie, lograndolo torpemente.

Es incapaz de contener la risa. La situación le parece de lo más cómica hasta que ve la cara de espanto de Abel.
-¡No te pongas así! Sólo es una broma... Si fuera ácido no te hubiera tirado. El agua moja y ya está, ni siquiera mancha.-Mira hacia los lados y se tira junto a Abel, para impedirle que salga.-¿ves? No me derrito.-Le salpica un poco, aunque tiene serios problemas con el pelo, que al mojarse, cae por la cara y, por ende, por encima de los ojos.-¿Hacemos una carrera?

Con su manita sostiene nervioso a Jeremiah y niega fuertemente con la cabeza.
- Ie! no se nadar - dice sonrojandose y agachando la cabeza muy avergonzado. Sentia pena por no poder hacer las mismas actividades que sus compañeros, pero su miedo era más grande que él.
- Porfavor no... -

-¡No pasa nada si no sabes nadar! Yo te enseño...-Lo sujeta para que no se sienta inseguro en el agua, aunque, de todas formas, están en una parte en la que se hace pie con facilidad.-Mueve las manos así, ¿vale?-Jeremiah le muestra el estilo más fácil de todos: el estilo de perrito.-Y ahora un poco las piernas y y está. Eso es suficente para no hundirte. ¿Lo has captado?-Abel le cae bien y, en cierto modo, no le gusta que no pueda divertirse con las cosas mundanas. ¿Qué chico no juega en el agua?-Cuando llegue el verano, me lo agradecerás.

Se agarró a las ropas de Jeremiah y retrocedió un poco... asustado aun.
- no... porfavor.. - pidio una vez más. Su pavor al agua era tan grande como su miedo a cometer cualquier pecado ó no estar en gracia de Dios.

- mejor te espero en la orilla -

Tampoco desea ni busca forzarlo. Si Abel quiere nadar tiene que salir de él mismo, a lo mejor el chico no lo considera algo imprescindible.
-Está bien, está bien...-Se aparta el pelo de la cara.-Iremos a la orilla, nos secaremos y nos olvidaremos del agua, ¿de acuerdo?-Le ayuda a llegar hasta la orilla y luego le empuja hacia arrima para que Abel sea el primero en salir.-La verdad es que es una pena, con lo bien que estábamos ahí...-Sube sin mayor problema y se queda sentado al lado de Abel.-Otro día tienes que aprender, ¿de acuerdo? Imagina que... uh... Dios manda otro diluvio universal, ¿qué vas a hacer?

LAs palabras de Jeremiah solo le asustaban más... tenía que volver para sercarse, por loq eu solo exprimió un poco sus ropas y se colocó de pie.

- sera mejor que volvamos, o no nos podremos secar bien -Un segundo diluvio... aquello seria algo horrible... pero no queria pensar en ello. miro a Jeremiah e inconcientemente se sonrojo. - vamos?-

Tuerce el gesto en una graciosa sonrisa.
-Está bieen, volvamos...-Se pone en pie y camina detrás de Abel sacudiendo los pies.-¿Y después de secarnos qué vamos a hacer? Por cierto, si tienes hambre a las... 3 de la mañana, ¿puedes bajar a por comida a la cocina?

Comenzó a andar titireteando por el frío que estaba calandole los huesos cuando escuchó al mayor.
- No sé, que te gustaría hacer? y no... no puedes - dijo dibujando una pequeña sonrisa, al parecer a Jeremiah le gustaba mucho eso de comer. - Desayunamos temprano no te preocupes..-

-No sé qué hace la gente aquí para divertirse, ¿hay algún sitio con televisión y videoconsola? Porque si no quieres jugar en las pistas... Poco más se me ocurre que a Dios no le parezca mal del todo.-Se acaricia le mentón, pensativo.-Si quieres podemos hablar también, no sólo soy bruto... ¿Qué tal eran tus viejos, perdón, tus padres contigo?-Ahora se pone a la vera de Abel.-¿Tienes hermanos?

Sacudio un poco su cabello, haciendo que mucha agua callera... - Pues... no, no tengo hermanos - comento con una melancolica sonrisa y luego miro a Jere - Y tu Jeremiah... tienes hermanos o familia? -

Sonríe observando los delicados movimientos de Abel. Le recuerda a un gatito de pocos meses, aunque no sabría decir en qué basa tal analogía.
-Así que hijo único... Ya tenemos algo más en común, creo. Dezconozco si por parte de madre tengo algún hermano...-Se encoge de hombros.-En casa sólo vivía con mi padre... y el servicio, por supuesto. Pero no pasaba mucho tiempo allí, de hecho, creo que mi familia de verdad es quien yo elija. Me da igual si hay lazos sanguíneos o no... Al fin y al cabo, todos somos hermanos, ¿no?-Tuerce el gesto en una grotesca sonrisa.-¿Tienes amigos fuera de este... centro?

Sonrió ante las palabras de Jeremiah y asintio mientras entraban a una zona mas sercana al seminario.
- Ie... yo.. - un tenue sonrojo aparecio en su mejillas mientras volteaba a ver hacia otro lado - no tengo amigos.. - confezó algo triste por aquello, pero igual no le gustaba deprimirse mucho por eso. - y tu?, supongo que si, eres una persona muy agradable... -

-Bueno, será porque tú no lo has intentado. Cualquiera querría ser tu amigo.-Se hace el pelo a un lado y le mira.-¿Yo? ... Te confesaré que no me gusta mucho la gente, siempre he procurado tener... amistades, ya sabes, por si alguna vez necesitas un favor, un contacto... Mi padre dice que así es como funcionan las cosas. Aunque sí conocí a un tipo, creo que tenía un par de años más que yo, que era sensacional, estupendo... De veras, te encantaría. Era como un filósofo de calle. Y ése sí fue un buen amigo.-Asiente con la cabeza.-Es la única persona en el mundo con la que me sentí realmente cómodo. Me enseñó tantas cosas...-Suspira apenado por estar tan separado.-Se llamaba Paul. Ahora está en la cárcel, pero bueno.-Se encoge de hombros y vuelve a sonreirle de un modo deslumbrador, radiante.-En cualquier caso, Abel, aquí tienes un amigo.-Le pasa un brazo por encima de los hombros.

Por intantes recordo toda su vida con sus padres... lo unico que hacia era estar con ellos, estar al pendiente de su iglesia y nada más... Jamás se habia dado el tiempo de conseguir amigos...

Con un sonrojo en sus mejillas, sonrio y asintio, ¿Cómo agradecer el hecho de terner a su primer amigo?
- Gracias Jeremiah... tu también cuentas para lo que sea conmigo - ensanchando aun más su sonrisa posó una de sus suaves y finas manos sobre la que quedaba sobre su hombro y entrelazó sus dedos con los de esa mano.

Le sonríe con franqueza y sin maldad alguna. Si se lo ha dicho es porque realmente lo siente así, Jeremiah no dice cosas que no cree. Va en contra de sus principios. Además, considera que a Abel le viene bien escucharlo.

-¡Gracias! Eso ya lo sabía.-Mantiene la sonrisa.-Supongo que ya no faltan más que minutos para el toque de queda. Así que supongo que como no querrás incumplir las normas, tendremos que seguir hablando mañana...

Miró el fino reloj que estaba en su muñeca y se sorprendio de lo rápido que había pasado el tiempo.
- ehmm... si, creo que tendremos que hablar mañana... aun tengo que ir a la capilla para orar un poco.. - dijo algo ido mientras se ubicaba en el lugar; antes de irse a su cuarto, gustaba de ir a la capilla para orar un poco, despejarse y poder dormir "bien".
- si quieres puedes acompañarme pero...supongo que esto te aburrirá un poco a ti... asi que - volteo para ver de frente a Jere y poder sonreirle con dulzura y amabilidad - ¿te veo mañana? -