Dulce Pecado... (Kadmiel)

Entró en la biblioteca como de costumbre... A esa hora le tocaba hacer su servicio en la biblioteca.
No era gran cosa la verdad, solo tenia que ayudar a acomodar los libros y demas.

Llevó el carrito con libros qu ehabia acomodado hasta el pasillo mas remoto de la biblioteca... ciertamente aquel lugar le inpartia algo de miedo.. pero intento controlarlo y caminó hasta ahi.. notando que el libro que habia acomodado iba en uno de los estantes mas altos. Suspiro y se colocó de puntitas, pues no habia escaleras en esas estanterias, se puso de puntitas y comenzó a tantear el lugar donde había que poner el libro... logrando que casi se le viniera un libro bastante grueso en cima... si no hubiera sido por una mano que le ayudo en el ultimo minuto.

- gra..gracias - dijo en un murmullo mientras se sonrojaba y agachaba la cabeza apenado, con las manitas sobre el pecho entrelazadas.

Tengo el resto del día libre, gracias a Dios, ya hace un buen tiempo que necesito un descanso y siempre hay una u otra cosa que hacer la cual no me permite tomarme la libertad de pasar un tiempo tranquilo. Sin pensármelo dos veces voy a la biblioteca a buscar un lindo libro que leer para aprobechar ese tiempo libre. Camino entre los estantes en busca de algo que llame mi atención cuando encuentro algo, o mejor dicho a alguien, mucho más interesante que cualquier libro; es el pequeño al que recibí hace un par de días, Abel creo que me dijo es su nombre.

Lo quedo observando un momento en lo que hace, sonriendo sin poder evitarlo, no me equivoque en lo absoluto cuando me dije que ese niño es especial, y que es el chico perfecto, lo que me recuerda que aun no hablo con kah sobre el tema, y deberé hacerlo pronto antes de que alguien más lo haga. Salgo de mi ensimismamiento cuando veo que uno de los libros más gruesos y duros está por caer sobre el chico, y no se como hago pero llego a sostenerlo antes de tener algo que lamentar.

-No tiene por qué agradecer joven Abel- exclamo con voz suave mientras coloco el libro en el lugar en que se encontraba y ubico el que tenía en la mano el menor en su lugar correspondiente para luego dirigir nuevamente la vista hacia él- ¿Se encuentra bien? ¿No le sucedió nada?

Un potente sonrojo aparecio en sus mejillas mientras miraba al mayor... tan guapo como...
Su sonrojo fue en aumento a la par de que se ajeba de él bastante apenado.
Dios dame fuerza...
Dijo en su mente mientras le miraba con detenimiento y una pequeña sonrisa en los labios. Era su mentor... Kadmiel-sama.

- etto... ie, estoy bien.. soy torpe lo siento mucho... -sus manos sobre el rozan que parecia querer salirse en cualquier momento.

El sonrojo que cubre sus mejillas me desconcierta, acercándome a él al verlo alejarse y llevando una de mis manos a su rostro, tocando repetidas veces tanto las mejillas como la frente en busca de alguna señal aparte del mismo que me sea un indicio de que tiene fiebre, pero nada, su temperatura a simple vista parece totalmente normal, sin problema alguno.

-¿Seguro que se encuentra bien joven? No lo aparenta demasiado.

Para terminar de asegurarme acerco mi rostro al suyo, besando su frente para comprobar con mis labios la temperatura, obteniendo el mismo resultado, definitivamente no estamos hablando de fiebra. Sin estar muy consciente del motivo permanezco así un momento, su piel es suave al tacto, y su cabello huele en extremo delicioso, es muy agradable estar a su lado.