Dulces sueños para Adham

Gracias a la ayuda de ese chico tan revoltoso como él y sus mapas, ha conseguido familiarizarse más o menos con el centro educativo. Por lo menos ya sabe llegar hasta lugares clave como el comedor, la cocina o los baños. También conoce la situación de las habitaciones de los mentores, el misterioso tercer piso. No recuerda bien si le dijeron alguna vez que la subida ahí está prohibida, pero siempre puede alegar que es nuevo y que está explorando para conocer, sin ánimo de buscar problemas. Si los mentores son siervos de Dios, considera que su principal característica es la misericordia, así que una buena y creíble excusa debería bastar.
El caso es que no va a explorar, sino a incordiar, una de las cosas que mejor se le da. No es que sea malo, pero es que la vida sin acción no le parece divertida y, claro, siendo joven e inquieto, necesita muchas dosis de "acción" para estar en paz. Es su cerebro quien dicta las órdenes, pues si se guiara por los sentimientos sería un nene mucho más calmado, diligente y obediente. Pero de eso es incapaz todavía.
Hoy ha sido un día realmente provechoso, sobre todo por la tarde. Junto al lago ha podido recolectar un puñado de gusanos y otros bichos no menos asquerosos. Los lleva dentro de un recipiente de pequeñas dimensiones que encontró, gracias a Dios, por ahí.
Volviendo a lo principal, Jeremiah, el de áureos cabellos, como diria algún poeta clásico, camina con sigilo y sosiego por el tercer piso. Se desliza suavemente sin que sus pies levanten ruido alguno; años y años de travesuras aportan una gran experiencia...
Se para en la puerta de cierto mentor, elegido al azar. Bueno, al azar exactamente no, es uno de los pocos con los que se ha topado desde que está ahí. Empuja la puerta y pasa al interior del cuarto de Adham.
-¡Vaaaya! Así que tienen todo esto... Hipócritas. Menudas habitaciones... Voto de pobreza espiritual, será.-Murmura al ver la recámara. [Según la descripción del apartado, dice que es una habitación llena de lujos XD]. Se acerca hasta la cama para realizar su propósito. Retira las sábanas con cuidado y comienza a esparcir los bichos y los gusanos sobre la superficie, incluso se toma la licencia de colocar un par en la almohada del mentor.
-Seguro que así tiene unos dulcísimos sueños...-Se ríe para sus adentros. Seguramente, el profesor en cuestión esté rezando o algo por el estilo. Es una pena no poder ver la reacción... Aunque claro, si se escondiera en algún lugar de la habitación... Al ser de complexión tan fina y estatura tan corta, cabe perfectamente en el armario. Y ahí se queda.

Cansado, en pocas palabras asi se sentia esa tarde...Solo deseaba llegar bien a su habitacion, con als ganas de acostarse o ducharse.

Recibir cargas de los menores, cuidarlos, ayudarles...guiarlos...todo era tan pesado, tener que servir ante todos sin recibir paga fisica, se requerria demasiada fuerza de voluntad...demasiado amor.

-Ah...necesito mi cama..- Dijo susurrando abriendo tal puerta que daria entrada a su ahora deseado sueño, cerro la puerta detras suyo...Si, algo no estaba como habia dejado al salir...Miró unos cuántos segundos toda su habitación, detalladamente...con un silencio incomodo y aturdente.

Camino hasta su cama, realmente ya no queria preocuparse por cosas que no le eran interesantes en ese momento, asi que destapo su cama y con el paso siguiente para desparramarse sobre ella, un bloqueo de panico le detubo..odiaba esos animales, dejo caer la colcha fuertemente dando unos pasos hacia atras, quien aria algo como eso?!...Iba en contra de las reglas en esa institucion, iba en contra del respeto etico...iba en contra de sus miedos.

Esos gusandos estaba muy bien acomodados, parecian que apenas habían sido vaciados...no tenian mucho tiempo...asi que el joven que lo había echo estaba un alli, eso explicava el que su habitacion no estubiese igual, refiriendose a eso tenia ojo clinico.

-Sal de donde estes...esto no es un juego...Que ganas haciendo esto?..- Estaba enojado, fuera quien fuera se lo aria pagar...
((perrdonaa! XD...aui esta^^)

Desde su posición privilegiada, se siente exactamente como si fuera un voyeur de trastadas. Lo cierto es que es tan divertido como arriesgado ver su fechoría desde el armario de la habitación. Es como si hubiera pagado por un asiento VIP, sólo que ni está sentado ni lo que está contemplando es exactamente un espectáculo.
Se tapa la boca con ambas manos para no reírse, sobre todo cuando el profesor menta que necesita la cama. Ahora viene lo bueno, Jeremiah. Se dice a sí mismo, expectante e impaciente porque descubra ya su sorpresa de "buenas noches".
No se ha parado a pensar en lo muy mal parado que puede salir, ya no sólo por haber puesto toda clase de bichos sobre el lecho del mentor, que eso ya está mal, sino porque... ¡está en su habitación! Las posibilidades de escape se reducen al mínimo, por no decir a nigunas. Eso sí le pone nervioso. Lo próximo que se imagina es el despacho del director, con un parte en el expediente y una llamada telefónica a su padre para ponerle al día de que hace su querido hijito. Y seguramente un montón de trabajos extras.
Cuando el mentor insta a salir al culpable, lejos de eso, se mantiene quieto y callado en el armario. Está claro que si puede evitar que le cojan, lo evitará... Igual se cansa y se va a buscarme fuera. Entonces es cuando debería salir... Se anima un poco.

Vuelve a revisar atentamente su habitación, cualquier lugar podria ser perfecto para esconderse...giro su rostro, claro!...el gran armario...

-No vas a salir?...quieres que jugemos a las escondidas?...jm,- Sonrío de lado, no le importaba ahora cuándo tardaria en encontrarle...lo buscaria si era necesario por toda la escuela...aria un escandalo del tamaño del mundo para poder encontrar al culpable, la venganza era dulce...y el no era un pan de dios.

Camino lentamente hasta el armario, con su sonrisa y sus ojos friamente puestos en ese closet de madera, abriendola rapidamente, si...tal como lo imaguino...Sonrío más ampliamente y suspiro levemente.

-Creiste que no te encontraria?...conosco mi habitación de pies a cabeza, si una mosca mueve algo me daria cuenta...creo que tu broma se te salio de las manos...Jeremiah- Al terminar sus palabras le toma la mano haciendo que saliera de allí, acorralandolo en una pared, tomando de su suave gargante sin axficciarle aun...

-Bien, eres nuevo y crees que los maestros tendremos compación de ti, que creiremos todas tus maldades solo por ser bueno y nuevo, pero que crees?...nadie aqui tendra compación de un mocoso como tu, asi como yo, hay muchos...has caido tu en mi trampa, resale a dios por que no te balla a ir peor...chiquillo..- Sus ojos estaban radiantes de lujuria y maldad, queria hacerlo pagar por no dejarle descansar como queria, hacerle ver que con el no se jugaba de esa forma...

Cuando se acerca Adham al armario, Jeremiah trata de contener aun más la respiración, si cabe. Debería haber seguido otra estrategia, si no hubiera sido tan ambicioso, se hubiera podido ir de ahí con la tranquilidad de que no le pillarían, pues salvo porque está ahí presente, no hay más prueba de que sea él, pero, claro, como quería ver la reacción del profesor...
No llega a arrepentirse, porque él no conoce ese sentimiento, por ahora. Aprieta los labios cuando la puerta abre, sin saber muy bien cómo debe comportarse en ese momento. Tiene las manos manchadas del barro de la tierra, el mismo barro que arrastran los gusanos. Por suerte, Adham interviene antes de que él deba hablar, sólo que lo hace de un modo muy brusco y nada cortés. Bueno, con lo que ha hecho, es totalmente comprensible.
-¡Ah!-Lo que no le sienta tan bien es que lo acorrale contra la pared; su espalda se resiente. Jeremiah ha gastado muchas bromas a muchos profesores a lo largo de sus diecisiete años de vida, pero ninguno ha llegado a tratarlo de ese modo, principalmente porque estaba su padre (y su dinero) para interceder por él.-¡No me trate así, solo es una maldita broma! Creo que se está excediendo, profesor...-las personas se entienden hablando, o eso cree. Por fuerta intenta mantener su fachada de chico duro y rebelde, pero por dentro está asustado. Está situación es totalmente nueva y, como ha dicho Adham, se le ha ido de las manos. Un mechón dorado se interpone ante su ojo izquierdo, aunque no cree que sea momento oportuno para colocárselo. Mejor estarse quieto...-Lo siento mucho. No sabía que le iba a molestar tanto, profesor. ¿Quiere que los recoja?

-exediendo? tu has pasado las barreras de un alumno cualquiera en esta institucion, jamás habia tenido un chico como tu de alumno, jamas habian echo esto con mi cama y menos quedarse a ver mi reaccion de una manera burlona...No permito esta falta de respeto hacía mi...- Ciertamente, tal vez se estaba propasando con ese chico y podria tomar tutoria en ese, castigarle cuanto y cuando quiera, sin que nadie más lo haga a menos que el lo quiciera y viera...
A pesar de que sige el camino de "dios" enseñado por su ex amante, ahora solo quiere disfrasar su verdad con placeres obligatorios.

Se separo levemente de ese, dejando que su cabellera rubia y sedosa se llevara hasta tapar su rostro, acomodando detras de su oreja algunos, mirandolo friamente.

-Bien, recojelos..pensare que hacer contigo...- Dijo de uan forma seca y nefasta.

Adham tiene razón. Lo que ha hecho ha sido un tanto exagerado para ser la primera bromita hacia ese profesor, debería haber empezado por algo más light.
-Perdón, en serio...-Dice con tonalidad humilde.-Usted tiene razón, ha escapado de mi control, pero... ¡todo tiene remedio menos la muerte!-Exclama con un aire optimista. Incluso le dedica una taimada y breve sonrisa al mentor. Se alegra profundamente de que se separe. Al final, no es tanto como parecía...
Se inclina sobre la cama y comienza a recoger bicho por bicho, gusano por gusano. El tarro donde los había traído está a los pies de la cama; lo agarra y los guarda ahí con cuidado. No se lleva mal con esos pequeños animales de la creación.
-Ya está... Creo que estáis todos.-Mira al interior. Tiene un aspecto marcadamente infantil, sobre todo con el bote y las manchas de barro. Por supuesto que su estructura liviana contribuye a eso. El pelo le cae por la cara.-Ah, no, aquí hay otro...-Retira un gran gusano rosáceo de la sábana y lo lleva con el resto de sus congéneres.-Ahora sí... Pero la colcha necesita una lavada... Profesor,-gira su rostro pueril, libre de manchas que lo afeen.-¿quiere que la lave?-Se muestra como un chico servicial y humilde porque sabe que eso causa mejor que los arrogantes. Al fin y al cabo, sólo se trata de que todos lo pasen bien...